Escribir para transformar,¿Democracia en México?, número 29

Elecciones Selváticas

Por Diego Alejandro Merchán (Bogotá, Colombia)

Con gran bullicio, irrumpiendo en la tranquilidad de la selva, se anunciaba oficialmente que los candidatos a la gobernación serían: el León, en busca de su quinto mandato consecutivo; el Tigre que, para sorpresa de muchos, dejó de ser el consejero del León, buscando su propio camino; y, finalmente, la Cebra, la primera en su especie en alcanzar un puesto de elección.

En esta oportunidad, los diversos animales estaban bastante divididos. Por un lado, la mayoría de los grandes depredadores apoyaban fuertemente la candidatura del León, algunos pocos la del Tigre. Mientras que animales como las gacelas y los cebúes se inclinaban por la sorpresa electoral: la Cebra.

Las campañas en busca de apoyo comenzaron. La Cebra, llena de ideas novedosas, pero sin mucha experiencia, discurría al lado de los lagos con cebúes, cebras y gacelas, mostrándoles cómo su proyecto de gobierno reduciría la caza indiscriminada por parte de los grandes depredadores mediante una distribución equitativa de los territorios y algunas concesiones que los beneficiaran a todos.

Por su parte, León y Tigre, aunque en distintas campañas, parecían ser uno solo advirtiendo a panteras, hipopótamos, elefantes y rinocerontes de cómo las intenciones de la Cebra podían perjudicarlos, quitarles sus espacios, arruinar sus comodidades y hacer de la selva un desierto.

Los días avanzaban, mientras la selva empezaba a verse más concurrida por cebúes, gacelas y cebras que, debido al discurso de su candidato, habían decidido creer en que ellos también podían hacer uso de la selva sin ningún temor. Este acontecimiento prendió las alarmas al llegar a oídos del León, quien sabiendo muy bien que la población de animales no-depredadores era mucho mayor que la de aquellos que sí lo eran, podían definir las elecciones, arrebatándole su puesto. Así que, en vísperas de las elecciones finales, acompañado de la pantera, la anaconda y un par de tigres agresivos, fue en busca de los líderes de las cebras, cebúes y gacelas.

Reunidos en una atmosfera tensa, el León con una sonrisa despectiva les prometió que si sus comunidades votaban por él, reduciría en algún porcentaje los constantes ataques y que abriría algunos espacios nuevos para que sus comunidades pudieran ubicarse. Al final de la reunión, con su mirada desafiante y decidida les dejó en claro que el no votar por él, significaría la práctica extinción de sus comunidades. Sonrió nuevamente y se alejó en la penumbra junto a sus guardaespaldas.

Ese mismo día, la Cebra se armó de valentía para mostrar sus propuestas y su plan de trabajo a todos los grandes depredadores. Sin embargo, la gran montaña estuvo desierta y apenas algunos osos asomaron para asustar a los pequeños seguidores de la Cebra.

Llegó el día de la elección y, a pesar de la experiencia del día anterior, la Cebra creía en la posibilidad de vencer gracias al apoyo recibido por parte las cebras, cebúes y gacelas.

Al final de la jornada, la selva calló y la voz del elefante se alzó para nombrar al nuevo gobernador. Con más del ochenta por ciento de los votos, el León había sido nuevamente elegido. Mientras los grandes animales celebraban, gacelas, cebras y cebúes se perdían entre la selva cabizbajos, ante los ojos desconcertados de la Cebra.

Parece que el miedo pudo más que las ideas.

 

 

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