Escribir para transformar,La migración, número 16

Minificciones

Por Jorge Meneses

Mal clima

Llevaba varios días diciendo que algo lo atormentaba. Nadie le creyó; lo tomaron por loco.

Cuando tiraron su puerta tuvieron que esperar dos días para que la habitación se despejara. Una vez que las nubes se esfumaron, lo encontraron hecho agua y algunos rayos todavía iban y venían por toda la habitación.

Exilio

21 años, 6 meses, 11 días, 8 horas, 36 minutos, 42 segundos duró la dictadura. Me voy.

Traté de arreglar las cosas con mamá, pero no siempre se puede todo en la vida.

Algo raro

Hay una niña mirándome desde la esquina de mi habitación. Lleno de miedo me meto debajo de mis cobijas.

—¿Y tú?— me pregunta la niña, también, debajo de mis cobijas—. ¿De qué te escondes?

Brevedad

Cuando salió el sol, el vampiro se despidió y le arrojó un beso al minotauro, luego explotó y miles de pajaritos de papel salieron volando por doquier. El minotauro lloraba amargamente mientras un escritor trataba de narrar la escena frente a sí, y una gallina abría las alas convirtiéndose en un kamikaze que pondría fin a esta historia.

Pena

Primero lloró un río. Después un mar, y de sus oídos y fosas nasales salieron las diminutas criaturas que habrían de poblarlo: peces, sirenas, tritones y monstruos marinos; sus vellos se transformaron en algas, corales y plantas exóticas; sus ojos, finalmente secos, se quebraron, y de ellos nacieron aves de todos los colores; su cuerpo endurecido se volvió de roca: él se volvió una isla. Y de su boca, antes de sellarse, salieron dos palabras para alguien que nunca habría de escucharlas.

Castillo

Cuando anochece y nadie puede verme saco mi lengua. La saco y comienza a llenarse de escamas hasta que se transforma en un dragón. Mi dragón sale a estirarse un rato, caza algunas aves, mira a la luna y luego regresa a mi boca. Se resguarda entre mis dientes y se transforma, otra vez, en una lengua húmeda que custodia el nombre de una doncella ausente que partió hace mucho tiempo.

Anochece y trato de conciliar el sueño, pero una lágrima escapa.

Dragón tontito, ha causado otra fuga de agua, seguramente sin querer.

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Ilustración: Héctor Mateo García

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