Por Daniela Cimarrón
que no se apaguen los sueños
ni las mujeres de piel imperfecta
ni las estrellas enanas con los días contados
ni los niños que odian con el alma al agresor
ni dejen de existir los imperfectos rostros
ni las marcas de acné ni de varicela
ni las cicatrices bajo la barbilla
ni los rencores guardados bajo llave
ni los sentimientos más ocultos y desconocidos
ni la humildad de las manos encallecidas
ni las palabras mal escritas y mal pronunciadas
ni las personas de baja estatura y de pobre familia
ni la flaqueza y debilidad de un cuerpo escuálido
ni la idea de pensarse bonita o bonito.
Porque todo es basura,
y todo, absolutamente todo,
no es como debería ser,
sino como puede ser,
aunque no lo quieran así
las mentes estúpidas
y las lamentaciones de una estadista
o los designios de un político
sin amor y llenos de superficialidad.
Porque somos odiosas
y prendemos fuego a sus
ideas vacías y palabras huecas
y somos como queremos ser
soñadoras de universos.