Por Marcelo Corona
Escaleras abajo cae el pueblo.
Desciende duro en llanto frío,
como una lágrima sobre la mejilla de Odessa.
No hay dios que salve tanta barbarie.
Las madres lloran el vientre abierto a fuego.
Escaleras abajo,
a orillas del mar negro
algo viejo ha muerto.
El acorazado,
tábano del nuevo día
ha encendido el fuego.
ha incitado a los corderos su devenir en leones.
Banderas rojas,
como palomas,
cruzan el cielo del nuevo siglo.
quién sabe si sus crías
darán el parto más allá del horizonte.
Más allá del océano,
un águila relame de odio y celo.