Por Jorge Cappa
No hay que mezclar la política
con el deporte.
No hay que mezclar la política
con el trabajo.
No hay que mezclar la política
con la familia.
No hay que mezclar la política
con el amor.
Tampoco hay que mezclar la política
con la literatura.
Acabamos por no mezclar la política
con la política,
y así ocurre que cuando el poder
nos anestesia, nos saquea y nos margina
no sabemos cómo combinar
nuestro silencio con la justicia
y nos preguntamos cómo mezclar
nuestra muerte con la vida.