Por Cristina Lima
sino bajo el asfalto y la “industria”
y los discursos oficiales de los tecnócratas
(idiotas) desde hace 100 años.
Aquí se muere bajo la lluvia ácida
al lado de los perros callejeros,
con los calcetines empapados
y el agua que llega hasta las rodillas.
Los ríos son un recuerdo.
El calor derrite el pavimento,
todo huele a petróleo
todos comemos petróleo.
Mis párpados caen con resignación
las luces se apagan suavemente
por fin guardo silencio…
¡Esta noche moriré
y no será bajo las estrellas!