Por Indira Ríos (Honduras)
Un prefacio inicia con el Ártico y el Antártico
hasta su convergencia en el paralelo cero
una lánguida desnudez
muestra las apostemas que dejan los mortíferos golpes
donde la sangre incolora que recorre sus vasos capilares
es exprimida velozmente
y amenaza con disiparse
ante el asedio que cada albor protagoniza el capital.
El eco de una conturbada caravana
se propaga en una selva que salvaguarda aún las especies
el verdor se conmueve con las plegarias
y un torbellino de ondas sonoras las hace suyas
¡Ven!
¿Dónde estás?
Por favor derrámate en estas lenguas que
son la prosopopeya de un desierto que rehúyen
espárcete en las semillas que claman estas vidas
anula este polvo carbonizado
y las esquirlas que se clavan en nuestra reseca agonía.
La simiente del albañal de pronto retumba en la memoria
el cataclismo tiene convictos
un pergamino se desenvuelve entre alaridos y resistencia
y comienza la despellejada letanía.
En Hiroshima y Nagasaki tiembla y se desploma la vida
y el imperialismo instala una necrópolis
la radiación se declara omnipotente y esta vez la vida
es sellada con la acinesia
una adelfa retoña, pero la muerte aún queda.
El agente naranja en Vietnam
mutila cuerpos presentes y futuros
y recuerda que ante las bestias
es prohibido no doblar rodillas
y pronunciar la libertad
En Tanzania se rasga la Tierra
una daga brillante de la Barrick Gold
con alevosía entierra latidos
y entre zinc plomo y cianuro
silencian las voces junto a sus denuncias.
El Amazonas sucumbe ante un atentado
un terrorista le hace tragar veneno
y le atraganta sin pausas
sí, Chevron se anota otra catástrofe.
El acto está en sintonía con la globalización
y se repite premeditadamente en todos los continentes
se usa el eufemismo pequeñas fugas
para mal nombrar el exterminio acelerado
y sale airosa la plusvalía.
El titánico aposento de olas
se ahoga entre el plástico
de la Pacific Rim y la Ocean Gold
las escamas no lo resisten
un nuevo color suplanta el celeste
y encarna una de las siete plagas de Egipto.
La desesperación deja la lentitud
y el rosario descolorido de Magdalena
es una minúscula analogía
en el calvario de la Pachamama.
Sigue el índice que desenmascara una patología malsana
El Congo es sumergido en la pobreza
nadando entre diamantes y entre el cottán
que habla desde los perfiles que atestiguan la alienación
y como un dèja vu De Beers con bigardía
hace que las balas pasen desapercibidas.
Los alimentos perdieron el significado
de la RAE
la semántica tiene una tarea pendiente
y Monsanto decide que la sacarina y las dioxinas
habitarán en cada mordisco
el polen evolucionado es vetado
pues no congenia con los monopolios.
Terminan los versos de la barbarie
los tímpanos han escuchado
dicen estar hartos de los dicterios
bañados con sangre.
La indignación se desborda
y una tinta roja entre millones de manos hasta hoy oprimidas
firma basta.
Una poderosa tromba
asevera que las sanguijuelas son mortales
una consigna inmanente despierta
a un genoma ancestral fusionado al pueblo.
Un arúspice dibuja el diorama de una rebelión
la batalla comienza
y Chalchiuhtlicue espera que los genocidas de generaciones
sean sentenciados al paredón.
Excelentes letras, llenas de amor a la vida, apegadas a la verdad.
Gracias estimada Verna por tus palabras, eso espero con el poema, que grite lo que buscan ocultarnos.