Por José Ramón Ibor (Valencia, España)
Asoman vientos raros en la sociedad.
Habrá que evitar sus rachas tóxicas,
aquellas que nutren ajenas energías
creadas por cerebros sin piedad.
Esta sociedad de caterva salvaje,
expone sus trampas maliciosas,
sin descansar por el día ni la noche
para conseguir que el pueblo se relaje.
Planifican maniobras muy esmeradas,
aquellos que dominan el poder
cargándose deseadas expectativas,
soñadas en noches estrelladas
moviendo los hilos por doquier.
Mal informando a las grandes masas,
protegiendo sus propios intereses,
de las fortunas como pirámides
que se esconden en falsas trazas.
Habrá que investigar las cábalas
inventadas por esas grandes fortunas
con que consiguen sus dividendos,
mientras nosotros las ignoramos,
las consiguen en batallas inoportunas.
Buen poema, paisano. Te dejo un saludo