Carlos Acosta (Colombia)
Tengo dividida la palabra y el latido.
El dolor asciende como incienso
hasta la loza de la angustia.
Entre socavones de muerte
ciñen la vida.
En sutil agonía surge la magia del ocaso.
Arreboles improvisan un telón
de sombras y entre los escombros
mis ojos se fijan en el infinito asfalto.
Asfalto oscuro asfalto,
la hora del perfume no existe.
Sombra que suprime la luz y silencia los confines,
sobre tu fósil superficie las piedras son paso al
indomable destino.
Tras el castigo del veneno mercurial
bocas infinitas repiten
el inaudible quejido del gen.
Alfabetos espirales inventan universos
y ante mi ceguera se mutan los cromas.
Anónimos agonizan sin ilusiones.
Entre turbias aguas.
Asfalto universo asfalto,
has absorbido distancias de trigales
y sepultado la plegaria de los ausentes.
Asfalto demoledor asfalto,
detrás de los lirios está la gruta de los difuntos.
Legado entre el deseo y la nada.
Alargado sueño sin retorno.
Sucumbir a un tornado de polución,
sin regreso,
sin sombras,
ni quejidos.
De nuevo las máquinas repiten su trepidación
y dejan desgastados los oídos
del sol que dormito.
Cada rosa sacrifica sus espinas
Que con agudeza defienden.
El sagrado perfume de su cáliz.
Asfalto fábula que abarca la densidad de los epitafios.
Destierro al infinito, sin que un dedo señale el castigo,
y sin un beso que mitigue los labios.
Con el aliento quebrado profano el blanco papel,
quizá este sea mi último pecado.
La rutina aturde el día.
Es inútil el pulso del agua para regresar
a la vertiente de los espinos.
No importa que la oscuridad
engañe al silencio.
Si muerte digo, día a día muero.
Si día a día lloro, llanto he dicho.
Las palabras gravitan la existencia.
Preferible apaciguar el pensamiento,
así el destierro es llevadero
y moriré en secreto.
Asfalto oscuro asfalto,
de tanto esperar y beber el invierno,
asomé a la muerte
y a contraluz… la tétrica mujer volvió la espalda.
Exelente.
Gracias Orlando Rafael, por haber entrado a la página de la revista y comentar sobre mi poema «PLEGARIA DE LOS AUSENTES».
Muy buen poema. Te atrapa desde el principio y el final no te deja para nada indiferente. ¡Felicitaciones!