Por Cristina Lima
“Agonía, agonía, sueño, fermento y sueño.
Este es el mundo amigo, agonía, agonía.”
Federico García Lorca
Frente al espejo veo mi muerte,
cada golpe es una estrella muerta
cada hora por/venir ya aconteció.
Hoy es mañana y mañana no existe.
El cuarto huele a luz triste,
ya no sabe a galaxias,
y la sangre dejó de ser sustantivo
sólo el plomo es plomo.
Los pájaros no pueden extrañarme
y las espigas son delirios fugaces
los niños no sabrán mi nombre ni verán mi cara
ni las flores amarillas adornarán mi cuerpo inerte.
Sensibilidad, maldita e inoportuna,
asfaltado sufrimiento y agonía
ya no tengo reflejo frente a los espejos
ni sueños cuando duermo.
El mar dejó de almacenar las lágrimas.
Ahora el vacío tiene sabor y textura.
El sórdido amor me produce nauseas.
Por fin se decanta el día.
No habrá mañana.
Me poso frente al espejo
y contemplo mi muerte.